Como su nombre lo dice, se trata de la presencia de una o mas bolas, nódulos o tumoraciones en el cuello.
En muchas ocasiones, es detectada, no porque duela o presente algún síntoma sino porque, al estar viéndose al espejo es descubierta o algún familiar la nota, en ocasiones también el paciente refiere una sensación de cuerpo extraño en la garganta, también refieren que llevan algún tiempo con voz afónica o ronquera, pero también refieren ocasionalmente que la comida se les dificulta en tragarla, sienten que se atora, también pueden referir dificultad para respirar. Sin embargo, cuando uno se detecta una bolita en el cuello, lo mas probable es que se deba a un ganglio crecido, seguramente debido a un proceso infeccioso que puede venir de la garganta, boca, naríz y oídos.
Cuando un paciente acude a consultar porque se notó una bolita en el cuello, lo primero que se realiza es determinar si efectivamente existe dicha bolita, porque en muchas ocasiones, lo que el paciente refiere como bolita, resulta ser aumento de grasa en el cuello y no precisamente una bolita. Una vez que se palpa la bolita, revisamos el tamaño aproximado, si es móvil, si es dolorosa, si esta donde se ubica la glándula tiroides. Si notamos que la bolita parece venir de la tiroides, entonces se solicitan otros estudios para confirmar el hallazgo y valorar si se trata de una bolita buena (nódulo benigno) o bolita mala (nódulo canceroso), en el siguiente tema discutiremos las bolitas que vienen del Tiroides. Posteriormente revisamos la cavidad orofaríngea, revisamos conductos auditivos, luego revisamos el cuerpo en general, sobre todo las zonas donde existen muchos ganglios, como son el resto del cuello, axilas, íngles. Lo habitual es descubrir que el paciente presenta o presentó recientemente algún cuadro infeccioso respiratorio, garganta, naríz, oídos, se inflamaron uno o varios ganglios del cuello, por lo tanto, si la bolita es pequeña (menor a 2 cms) recomendamos manejo conservador, es decir, se vigila la bolita por un mes, se da antinflamatorios esperando disminuya de tamaño, lo habitual es que eso ocurra. Es necesario saber que probablemente la bolita nunca mas regrese a su tamaño inicial (indetectable) sino que, se palpará como un frijol móvil no doloroso, mas, si por el contrario, la bolita crece, o el paciente está muy nervioso por saber que es, entonces la recomendación es retirar la bolita y estudiarla (biopsia) para lo cual realizamos una pequeña cirugía ambulatoria, con anestesia local habitualmente.
Por otro lado, cuando tenemos a un paciente en quien se le descubre una bolita de 2 cms o mayor, o tiene además ronquera crónica, dificultad para respirar, voz afónica, dificultad para deglutir agua o alimentos, en ese caso, decidimos realizar estudios poco mas exhaustivos y realizamos una biopsia, que puede ser picando la bolita (con anestesia local) y extirpando un trozo de tejido para analizarlo o realizar biopsia através de una cirugía que, según sea el caso puede ser con anestesia local o general.
Una vez que se realiza la toma de biopsia y ésta resulta positiva para cáncer, el siguiente paso es determinar si la bolita de donde se obtuvo la biopsia es el origen del cáncer (sitio primario) o ésta es una bolita que fue sembrada por el cáncer (metástasis) pero su origen se localiza en otro lugar, para lo cual se requiere de estudios de extensión, como son la TAC, resonancia (RMN), gamagrama, marcadores tumorales y otros mas, con la finalidad de descubrir alguna otra bolita (tumoración) en otra región del cuerpo, hablaremos mas en detalle sobre el cáncer en otro apartado mas adelante.
Las bolitas del cuello pueden ser: ganglios inflamados (lo mas frecuente), tumor primario de los ganglios (Linfoma), ganglios crecidos por siembra de algún cáncer (metástasis), quistes (bolitas llenas de líquido) son buenos (benignos), quiste tirogloso (quiste relacionado con el tiroides) bueno, bolitas de la glándula salival (las buenas y malas), las bolitas que provienen del tiroides, entre otras.
Ya dependerá del médico que esté al frente del caso, determinar la forma mas correcta y segura de diagnosticar y tratar adecuadamente el problema. En definitiva, si Usted o algún conocido descubre o detecta alguna bolita en el cuello, no se asuste, acuda con un especialista que puede ser un médico internista, endocrinólogo, otorrinolaringólogo o cirujano, sería conveniente que acudiera con un eco del cuello (eco cervical) realizado en cualquier centro de radiodiagnóstico de su localidad, y si sospecha que pudiera estar relacionado con la tiroides, acuda a la consulta también con un perfil tiroideo, de esta forma, avanzamos mucho en el diagnóstico del problema.